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| - La honestidad no es algo que me guste mucho en verdad. Este mundo tiene sus propias reglas, y nadie sabe quién las inventó. Cuando llega la noche es hora de divertirse o también de llorar. Las mañanas son apresuradas y las tardes no se disfrutan nada. Pero nadie dice nada. ¿Quién inventó estos sentimientos que aparecen según la ocasión? Bien. Las personas pasan de largo cada vez que quieren ignorando a un niño llorando incluso si está a punto de morir. Este mundo se distorsiona cada vez más. Con los audífonos y mi típico póker face poco a poco me convirtió en uno de los miles que les llega la vida de los demás. El mundo se destruye a mi alrededor pero ¿Por qué nadie dice nada? Rezar no importa en un mundo al borde de entrar al infierno. Aunque puede que sí. Antes este lugar era conocido por sus bellas flores, las sonrisas de sus habitantes nada comparado con las lágrimas de ahora. Recuerdo ese tiempo donde Dios nos visitaba a cada momento. Pero no sentía ese completo amor. Lúcifer se adelantó a mis pensamientos. Un día salió de su cueva y con una sonrisa sarcástica dijo: El mundo se acaba aquí. En ese momento conocí el odio, el sol que brillaba desapareció. Todos nos miramos pensando en lo que podríamos hacer. Fui corriendo hacia él. Las primeras lágrimas fueron derramadas por mí. El cielo se oscureció, la luna dejo de verse. Dios nos dio la espalda. Entonces en un momento su voz dijo: Bien, escojan. Todos nos acercamos a su alrededor, incluso Lúcifer. Uno por uno fue decidiendo su camino. La inseguridad de algunos los llevaba con Lúcifer, la fe de otros los dirigía a la gloria. ¿Pero yo? Nada. Llegó mi momento de decidir. ¿Esas palabras habían salido de mí? Lúcifer me abrazo diciéndome que todo estaría bien y que al fin podríamos dominar nuestro camino… elegir lo que quisiéramos. Fueron siete años en la oscuridad. Siete años en los que me cuestionaba todo mi camino hasta el momento. Lúcifer solía mentirme que al final Dios terminaría cediendo a nuestras reglas. Odio las mentiras. Volvió la luz pero no para nosotros. Sino para ellos, los nuevos habitantes de la tierra. Los seres humanos. Todos los de abajo nos enfurecimos. Hermano tuvo una idea que hasta el momento nos ha encantado. Que ellos sufran como nosotros lo hicimos. Se me encargó robarme el corazón de la gente pura. Para eso tendría que empezar a mentir. No hay vuelta atrás. Han pasado tantos milenios ya me acostumbre a mentir, detesto decir mis verdaderos sentimientos. Lúcifer se acostumbró a mí y ahora soy su mano derecha. Sigo caminando por las calles de este mundo que los humanos modificaron de alguna manera, cosas que hermano no me quiso decir en su momento. Eso es lo de menos. Pronto todos estos seres que mancharon mi hogar se irán abajo y yo volveré arriba. El día está cerca. Hermano me lo dijo: “Tengo un plan para acabar con todo” Su preciada creación será destruida por ellos mismos. Sí, antes él lo dijo. Como en el arca no muchos sobrevivirán, pero es diferente. Esta vez nadie sobrevivirá. Los humanos lo llaman el día del juicio final. Yo le digo: Cuando todo vuelva al orden. Hasta entonces. Seguiré en tus pesadillas, en cada lágrima que derrames. Todo tu mal seré yo. Soy el ángel que te persigue en tu lado izquierdo. Categoría:CO Categoría:Ángeles Categoría:Demonios
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