De pequeño le tenía mucho miedo a los fantasmas. Un día llegué apurado a mi casa. Estaba solo, no habia nadie, así que me encerré en mi cuarto echándole a la puerta doble cerrojo. De repente escuché una voz: "Muy bien, ya estamos los dos aquí doblemente seguros".
De pequeño le tenía mucho miedo a los fantasmas. Un día llegué apurado a mi casa. Estaba solo, no habia nadie, así que me encerré en mi cuarto echándole a la puerta doble cerrojo. De repente escuché una voz: "Muy bien, ya estamos los dos aquí doblemente seguros".