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| - Una vez entablé conversación con Laura y Andrés, me percaté de que el portero no estaba, cosa que se nos hiso muy raro ya que él suele estar en la escuela hasta que llega su colega a reemplazarlo. Pero no le dimos mucha importancia al tema ya que simplemente pudo haber, o ido al baño o a comer algo. Pero algo era seguro al estar en la puerta de la escuela, nos habíamos quedado encerrados en ella. Así que Andrés sugirió ir al baño para ver si se encontraba allá. Minutos más tarde viene Andrés a decirnos que no estaba. Laura se cruza de manos. -Tal vez ni lo buscaste bien. A la profesora Kelly se le ocurre llamar al portero. Le preguntamos a la profesora cómo había consiguido el número del portero. Ella nos dice que una vez el portero intentó coquetearle y que hasta le intentó invitar a cenar, pero ella no estaba interesada en nadie por cuestiones personales. De todos modos, él le había dado su número. Su celular, empero, no tenía señal; Laura, Andrés, Leo y yo revisamos los nuestros y tampoco tenían señal, y rematando con el hecho de que todos nuestros teléfonos estaban casi sin carga por estar escuchando música en las horas de descanso. Una hora pasó y nos tocó aceptar que el portero no vendría, pero la profesora Kelly sugiere entonces que entremos a la oficina del rector y busquemos a ver si allí tienen las llaves de la puerta. Cuando nos dirigíamos a la rectoría a Leo le dan ganas de ir al baño, le dijimos que fuese rápido que si encontramos las llaves lo esperaremos en la puerta. Leo se fue corriendo al baño después de eso.thumb|299px Más o menos 5 minutos después, se escuchó a Leo gritar. Fuimos a ver qué pasaba, ya que no habíamos encontrado las llaves. Al llegar donde estaba Leo le preguntamos qué había pasado, y nos dijo que vio a una niña que estaba sentada en una banca de la cancha y de un momento desapareció. En ese momento creí que a Leo le estaban haciendo daño tantas películas de terror. Fuimos a ver en la cancha y, efectivamente, allí estaba la niña de la que hablaba Leo, parecía perdida. La profesora Kelly fue a preguntarle el porqué estaba ahí, pero la niña no le respondió. Tenía una mirada perdida; la profesora Kelly le preguntó otra vez que hacía ahí, pero de nuevo no hubo respuesta alguna, así que la profesora Kelly, en su tercer intento, le preguntó su nombre, a lo cual la niña respondió entre dientes: -Lucy... Me llamo Lucy. Sin mediar palabra la profesora le tocó el hombro y cuando iba a llamarla por su nombre, se fue la energía. Se escucharon gritos, gemidos y rasguños. Segundos después volvió la energía y lo que vimos fue horrible, es muy difícil de describir, pero la profesora Kelly estaba muerta. Su rostro fue arañado y su cabello se desprendió, y me odio porque lo primero que pensé era: “¿Ahora a quién le presentare el ensayo sobre la literatura del vanguardismo?”. Laura y Andrés salieron corriendo a la coordinación y Leo se quedó estupefacto, no movía un solo músculo.
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