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| - En los primeros días del 999.M41, la Flota Enjambre Leviathan invadió el frondoso planeta de Lethidia, un mundo paradisíaco en la franja sur de la galaxia. Aunque el planeta era el hogar de una gran variedad de formas de vida salvajes de tipo saurio, estas no tuvieron ninguna posibilidad real de sobrevivir contra el colosal hambre de una flota enjambre. Tan incontenible era la necesidad de Leviathan que sus naves enjambre se lanzaron al planeta para hartarse con la abundante biomasa existente junto con los Exoditas que cuidaban su Espíritu del Mundo. Saim-Hann, un Mundo Astronave conocido por su vigilancia de los Mundos Exoditas desde tiempos antiguos, había observado cuidadosamente tal evento. Los eldars desembarcaron en el planeta escasas horas después de que las primeras Esporas Micéticas hubieran aterrizado, jinetes llevados por el viento que mataron a líderes de bestias tiránidas con descargas de sus cañones shuriken y acometidas de sus lanzas de energía. A pesar de que eran demasiado pocos para detener la conquista de los devoradores de más allá del vacío, los eldars de Saim-Hann planearon en su lugar la evacuación de la mayor cantidad de exoditas como fuera posible; vivos o muertos. Todos los mundos exoditas están atravesados por una red de túneles psicoactivos que albergan a los espíritus de sus difuntos, una versión cristalina de los Circuitos Infinitos los mundos astronave. Los Guardianes de las Almas de Saim-Hann pretendían transferir místicamente las esencias de los que se habían unido con el espíritu del mundo de Lethidia con su propio más allá. De esta manera salvarían al planeta en espíritu, si no en cuerpo.
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